domingo, 31 de mayo de 2009

Locura Ordinaria 2


Te reíste a través de la pantalla gris, volaron tus rizos al viento y una clave de sol se perdió en la guitarra. Tu voz sonó un tanto ronca después del quinto faso y la segunda botella de whisky. Te sentaste frente al piano y dejaste aflorar esos deseos tuyos y ajenos.
Se abrió la ventana, la chalina salió volando a posarse sobre el asfalto. Bajamos las escaleras envueltos en risas y besos, paramos en el descanso y perdimos la conciencia. Nos olvidamos de razonar por un momento, el tiempo era nuestro y la diferencia de todo no nos importó. Alguien prendió la luz y terminamos el momento. Tropezaste con el ultimo escalón y caíste en los brazos de un extraño. Tomaste mi mano y recogiste la chalina. Nos echamos a andar por esas calles perdidas tan extrañas para mi, tan familiares para tus pies con botas.
Paramos en una plaza compraste mas de lo tuyo y seguimos a la par con olor a primavera.
Entramos en un bar, nos dejamos llevar por las luces psicodélicas del lugar, la música estallaba los parlantes, gente rara con risa de payaso y ojos de conejo. Una mesa de fondo con las estrellas del ambiente.
Un travesti con barba, una puta en ropa interior y un tipo con pollera desfilaban en la pasarela principal. El show daba comienzo.
Algo mas de beber, algo quizá molesto para narices desacostumbradas, no te importo que este a tu lado y a mi menos acompañarte hasta el final.
No había limites entre nosotros y justamente ese era nuestro limite.
Eras el rey de la noche y yo tu reina sin corona. Subiste al escenario e hiciste de las tuyas. La gente estaba desquiciada y nadie entendía nada de nada.
Alguien que miraba todo desde la otra punta del lugar se me acerco. Conversamos mientras tocabas, nunca lo supiste pero era del rock viejo como vos, terminamos en camarines donde muchas otras veces compartimos un poco de eso que hacías llamar amor.
Termino la noche, volvimos a casa en taxi, llegaste, tomaste el cuchillo cortaste la palma de tu mano e hicimos un pacto de sangre. “Te amo Gonzalo.”

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